martes, 29 de octubre de 2013

Aprender desde casa

Los homeschoolers (niños que estudian en casa) son una minoría en nuestro país pero todavía siguen existiendo. Algunos padres, optan por educar a sus hijos en casa alegando que la masificación de las aulas no permite llevar a cabo una enseñanza adecuada y que la mayoría de los centros educativos son centros basados en la obediencia y la sumisión en los que no están dispuestos a involucrar a sus hijos. Estos padres, diseñan sus propios programas de aprendizaje y buscan y crean los materiales que utilizarán en el proceso de enseñanza con sus hijos consiguiendo, en muchos casos, que los niños alcancen los conocimientos establecidos para sus edades.
Pero los centros educativos no sólo aportan contenidos y conocimientos a los alumnos sino que permiten que éstos puedan relacionarse con otros niños de su edad y de edades diferentes, que se integren socialmente, que conozcan otras culturas, que respeten una serie de pautas sociales, que adquieran unas pautas de trabajo y un largo etcétera.
Estas carencias me llevan a plantearme varias preguntas: ¿Puede un niño que estudia desde casa actuar en sociedad correctamente? ¿Desarrollará este niño las competencias sociales necesarias para poder desenvolverse adecuadamente en las diferentes situaciones de comunicación que se le presenten?
¿Qué pensáis vosotros?


Si queréis acceder a más información sobre esta práctica educativa en el hogar podéis consultar el siguiente enlace: 

6 comentarios:

  1. ¡Hola Lucía!

    Creo que tienes mucha razón. Hay muchos padres que creen que la educación en las aulas impide un aprendizaje individualizado para el alumno. Estos padres, además de que se equivocan, impiden a sus hijos relacionarse con otros niños a la vez que impiden una diversidad de situaciones comunicativas y de aprendizaje colectivo de sus hijos.

    Esto provoca futuros problemas de socialización y de trabajo colectivo y se manifiesta por ejemplo en personas que han de trabajar en empresas y no saben comunicarse para elaborar un trabajo en conjunto.

    Concluyendo, los alumnos deben educarse en un mundo real, un mundo rodeado de personas, de compañeros que ayudarán y complementarán su conocimiento.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. ¡Buenas tardes, Lucía!
    Me ha parecido muy interesante la noticia, ya que desconocía la envergadura de los alumnos que estudian en casa.
    En mi opinión, creo que estos padres podrán desempeñar un papel importante en su educación, pero no siempre tendrán los conocimientos ni la experiencia de un docente adecuadamente formado. Aún así, eso no quita mérito al gran trabajo de búsqueda y enseñanza de los contenidos que les imparten, a la vez que el tiempo invertido en ello. La cuestión es si enseñan "lo que se supone que se debe aprender bajo la normativa vigente". A parte, está la cuestión de la educación en valores, que queda algo en el aire.
    Por otro lado, estoy totalmente de acuerdo con Miriam. Creo que no se formarán adecuadamente en habilidades sociales, aquellas que todos necesitamos aprender en sociedad, como pueden ser la aceptación de las críticas de los compañeros; el trabajo colaborativo; la resolución de conflictos o el diálogo para conseguirlo e, incluso, el mero hecho de vivir una situación comunicativa en pequeño o gran grupo. Es evidente que se pierde la oportunidad de interaccionar con sus compañeros y crecer personalmente, pues ¿hay alguna otra situación en la que se aprenda más y mejor que observando y conviviendo con los demás? Yo creo que no: perderíamos la gran oportunidad de comunicarnos con nuestros iguales, que no nuestras figuras de referencia.
    Muchas gracias por tu aportación y un saludo,
    Bea Muntó

    ResponderEliminar
  4. Hola Lucía,
    Bajo mi punto de vista, teniendo en cuenta como está el panorama educativo actual, entiendo que muchos padres no se fíen de este sistema educativo, y opten por educar a sus hijos en casa. Sin embargo, como bien has dicho tú esto tiene su parte negativa: la parte social. Es cierto que las aulas están masificadas y que en muchas ocasiones los niños no pueden contar con la atención individualizada que necesitarían en cada momento. Por eso, debemos plantearnos que resulta más importante, si las relaciones sociales que los niños desarrollan a lo largo de su periodo de escolarización o la atención personalizada en cada momento.
    Personalmente, no estoy a favor de la educación en casa, entre otras cosas porque tampoco considero que el padre o la madre vayan a poder ser el mejor profesor para su hijo. Y no porque carezcan de conocimientos o porque no vayan a saber trasmitírselos, sino por la relación de parentesco que hace muy difícil que el alumno se tome enserio algo tan importante como su educación.
    Además, también hemos de tener en cuenta que esto, en el caso de que pudiera funcionar, solo funcionaría entre familias de un nivel socio-cultural alto, y aún así, la parte social, que seguramente sea la más enriquecedora para el niño, quedaría sesgada.

    Gracias. Un saludo.
    Patricia Fernández de Córdoba

    ResponderEliminar
  5. ¡Hola Lucía! Hace tiempo vi un reportaje que trataba este tipo de aprendizaje. Los niños que realizan el aprendizaje en casa también son incluidos en otro tipo de actividad de tipo extraescolar en grupo para que interactúen con niños de su edad. Como todo en esta vida… tiene ventajas e inconvenientes. No podemos dudar que las escuelas de hoy en día se asemejan a fábricas en donde lo primordial en la “fecha de fabricación” o sea la edad, este tipo de enseñanza no respeta la madurez, el ritmo de trabajo o simplemente el hecho de que existen niños que funcionan mejor a nivel individual. Ahora bien el precio del respeto a estos términos es la eliminación del aprendizaje en grupo que para Vigostky resultaba más que primordial. Como todo en esta vida… cuestión de prioridades.

    ResponderEliminar